Texto recomendado:

"Todo conocimiento está incorporado y es parcial, esto es, está situado. Es a partir de reconocer esto que se hace posible construir una doctrina de la objetividad, útil pero no inocente."

Donna Haraway

En Situated Knowledges.The Science Question in Feminism and the Privilege of the Partial Perspective.

http://es.scribd.com/doc/52086345


miércoles, 23 de febrero de 2011

domingo, 13 de febrero de 2011

El espectador emancipado


El espectador emancipado (2010) es un texto de Jacques Rancière que problematiza la idea de un espectador voluble y dócil al que, sin cesar se lo envuelve en el entramado de la publicidad, del espectáculo, de la euforia de los medios. A esta idea, la cual ha sido sostenida de antaño por intelectuales, filósofos, dramaturgos, Rancière se opone, señalándola como reaccionaria y desconocedora de la capacidad del espectador, del público. Esta noción ha sido útil, dice el filósofo francés, más bien para empoderar intelectuales y especialistas adjudicándose el poder de dar voz, de traducir. Recuerda a Hall en su certeza de que el receptor no es dócil, también él devuelve, tergiversa, traduce, malinterpreta, y estas son, sin lugar a dudas, manifestaciones activas, en el ámbito de un espectador con agencia.

Sin embargo: ¿ No conduce el discurso de Rancière a una desactivación de las críticas al espectáculo del mundo contemporáneo, y en esa medida, se torna cómplice exquisito de un estado de cosas en el marco del cual, el poder de cooptación de los medios y de la publicidad se incrementa, a través de diarios, repetitivos, invasivos ejercicios biopolíticos? Gramsci señalaba en lo que él denominaba el sentido común, el espacio donde funciona la ideología, donde sus mecanismos se multiplican acríticamente, mecánicamente. Pero, de manera contradictoria, en el sentido común, en el saber residenciado en cada sujeto, cabe precisamente, la posibilidad de la resistencia, de la subversión, de la desobediencia. Pero, el asumir al espectador como una parte activa de la estructura, y lejos de concebirlo como víctima inerme de los medios, como algunos autores lo imaginaron o plantearon, no obsta para que, por otra parte, sea necesaria y aun más, urgente, una crítica concienzuda, constante, aguda de los mecanismos de seducción conducidos a producir un sujeto- como- consumidor, en dinámicas que absorben los déficits de obediencia, a la manera del do it yourself, de las redes sociales, de plataformas donde el individuo anónimo exhibe sus microbiografías, anucia sus pensamientos o enseña sus realizaciones, desde tecnologías de la producción doméstica y amateur; lógica capitalista que dispone precisamente, los espacios predefinidos y prediseñados para canalizar adecuadamente estas fuerzas opositoras.

Una de las respuestas de Rancière en el marco de una entrevista. Para leerla toda, pique aquí.

Según usted, ¿qué vuelve política a una imagen?

No hay criterio que haga política a una imagen. Las imágenes pueden traducir intenciones políticas, pueden ilustrar las categorías o reproducir los modos de representación instituidos; o también pueden, por el contrario, desdibujarlos o subvertirlos. Pero no hay que pensar ese efecto en los términos de la mímesis, es decir, en los términos de la buena o la mala imagen que se da del trabajador, de la mujer, del negro, etc. Una imagen nunca va sola, ni simplemente reenvía a un imaginario colectivo pensado como reserva de imágenes. Una imagen forma parte de un dispositivo de visibilidad: un juego de relaciones entre lo visible, lo decible y lo pensable. Ese juego de relaciones dibuja por sí mismo una cierta distribución de las capacidades. Hacer una imagen es siempre al mismo tiempo decidir sobre la capacidad de los que la mirarán. Hay quien se decide por la incapacidad del espectador, bien sea reproduciendo los estereotipos existentes, bien sea reproduciendo las formas estereotipadas de la crítica a los estereotipos. Y hay quien se decide por la capacidad, por suponer a los espectadores la capacidad de percibir la complejidad del dispositivo que proponen y dejarles libres para construir por sí mismos el modo de visión y de inteligibilidad que supone el mutismo de la imagen. La emancipación pasa por una mirada del espectador que no sea la programada.

martes, 8 de febrero de 2011

CARRIE MAE WEEMS

WHEN ASKED WHAT HE WANTS TO BE WHEN HE GROWS UP,

THE BLACK BOY SAYS,"I WANT TO BE A WHITE MAN CAUSE

MY MAMA SAY, 'A NIGGER AIN'T SHIT.'

De la serie Ain´t Jokin', 1987-88

http://carriemaeweems.net/images/gallery-images/aint-jokin/little-boy.jpg

En "Lenguaje, poder e identidad" Judith Butler se ocupa de pensar como es que funciona el lenguaje del odio, a qué se debe su sorprendente eficacia. Procura entender la manera como se puede herir a otro por medio de las palabras, cosa que, por otra parte, no sucede metafóricamente, sino literalmente, aseveración que constituye una afirmación arriesgada de Butler en ese texto. Sustento fundamental de su argumentación es el trabajo del filósofo del lenguaje, J.L. Austin, quien en su libro "Como hacer cosas con palabras", caracteriza los enunciados performativos como aquellos tipos de enunciados que hacen lo que dicen. Es exactamente eso lo que lleva a cabo, por ejemplo, una maldición. Como en el cuento de hadas, cuando la bruja mala, furiosa al ver que no ha sido invitada al bautismo de la primogénita, declara maldita a la familia real. Esa maldición tiene lugar en el instante mismo en que se expresa con palabras.

En esta serie, "Aint´Jokin'" Carrie Mae Weems trata el fenómeno a partir de señalar actos de habla "desprevenidos", aparentemente inocuos, pero que conducen a la exclusión del sujeto, o, aun más, producen las condiciones en las que el sujeto mismo autoriza su exclusión. Una problemática similar ha sido tocada por el artista chino-canadiense Ken Lum o por la artista autraliana Tracey Moffatt.